GUADALAJARA TIERRA DE CASTILLOS



28/03/2024

Los castillos y las fortalezas son una de las edificaciones que suponen un atractivo para los turistas, ya que son un vestigio de tiempos pasados, con su cultura y su historia, además de ofrecer unas bonitas vistas. 

 

Como ya dijera el rey Alfonso X el Sabio: «España es segura e batida de castillos». Las continuas luchas que se produjeron durante los más de siete siglos que duró la Reconquista son la causa de que en la Península Ibérica se construyeran numerosos castillos y fortalezas. 

 

En Guadalajara hay 196 castillos y fortalezas, lo que supone que el 8 por ciento de estas estructuras se encuentran en la provincia, en Brihuega está el Castillo de la Piedra Bermeja, que recientemente se ha concluido su restauración integral.


Durante la Edad Media, los reinos cristianos del norte tuvieron que asegurar sus fronteras con sus vecinos musulmanes del sur, estando Guadalajara entre las dos culturas, lo que obligó a los reyes cristianos y musulmanes a otorgar feudos fronterizos a sus nobles feudales para mantener y mantener fortalezas defensivas. 


En total se calcula que se construyeron unos 20.000 castillos en España, aunque no todos han logrado conservarse bien quedan ejemplares suficientes para poder disfrutar de estas fortificaciones, verdadero símbolo de la Edad Media. En la Asociación Española de Amigos de los Castillos hay unos 10.300 inventariados. 

 

Las primeras construcciones que se han considerado castillos aparecieron en el siglo IX en la Alta Edad Media y su principal uso era de cerco defensivo.

 

A diferencia de otras fortalezas que se pueden ver en el resto de Europa, los castillos de España no eran palacios, sino que tenían funciones defensivas y militares. Su estilo dependerá de la época. Una gran mayoría datan de la Edad Media, otros son renacentistas.

 

Los castillos españoles suelen obedecer a una tipología común: son más bien pequeños, con torres almenadas, material constructivo visto y foso seco alrededor.

 

La mayor parte de los castillos españoles están concentrados en Castilla, que según su etimología significa «tierra de castillos».

 

El castillo es un edificio propio de la arquitectura militar que, como a lo largo de toda la historia, responde a la necesidad de defensa frente a amenazas externas. Por ello comenzaron teniendo un uso práctico y su arquitectura no aspiró a realizar algo bello sino completamente funcional. 

 

Con el paso del tiempo, el castillo en España abandona en parte su carácter militar para pasar a ser residencia de un noble, por lo que se convierte en un palacio y aparecen el gusto por la decoración y la estética. 

 

Habitualmente, los castillos eran construidos con unas características similares. Solían estar ubicados en un alto, desde donde controlar el territorio y para evitar los ataques del enemigo. Disponían de un foso y una barrera fortificada exterior. Además, sus muros eran de gran anchura y altura, rematados por almenas y matacanes. 

 

Las puertas, su parte más débil, se protegían por diferentes sistemas y, para disponer de agua durante los asedios, se construían aljibes en los que recoger el agua de lluvia. 

 

Finalmente, dentro del castillo se levantaba la Torre del Homenaje, el edificio donde residía el señor. El material usado fue diverso: sillería, mampostería, calicanto, tapial y ladrillo.

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