La miel de lavanda se encuentra en diferentes mercados de España, especialmente en regiones como Aragón, Cataluña, Valencia, Castilla y León y Castilla-La Mancha, sobre todo en los amplios campos de Lavanda de Brihuega, donde se produce miel ecológica de lavanda, disponible para la compra en tiendas especializadas, y también en otras partes de Europa, como en Provenza, Francia, donde es recolectada por apicultores en la meseta de Valensole.

La miel de lavanda es un producto natural producido por las abejas a partir del néctar de diferentes especies de lavanda, como Lavandula angustifolia, Lavandula latifolia y Lavandula stoechas, este tipo de miel se caracteriza por su aroma intenso, concentrado y persistente, propio de las flores de lavanda, que le otorga un sabor único.

Además, posee un color ámbar claro, a veces incluso blanco o transparente, y una textura de cristalización media con una consistencia fluida, lo que la hace ideal para consumirse sola, en infusiones o como ingrediente en postres.

Entre sus propiedades y beneficios, la miel de lavanda se asocia con el fortalecimiento del sistema inmunológico, la cicatrización de heridas, el alivio de la tos, el control de la ansiedad, y el alivio de efectos del estrés como la irritabilidad, el insomnio y las migrañas. Además, tiene propiedades antibacterianas, astringentes, diuréticas, antidiarreicas, antiinfecciosas y bactericidas.

Recomendaciones para la compra y conservación de la miel de lavanda

Al momento de adquirir miel de lavanda en el mercado es necesario verificar la etiqueta. Detalles como los datos del productor, la identificación geográfica y botánica e información del envasador pueden ayudar a determinar su calidad.

Al momento de almacenarla, debe estar en un sitio fresco y oscuro, con una temperatura entre 15 ºC y 20 ºC. No es recomendable introducirla en el refrigerador, dado que en entornos muy fríos tiende a cristalizarse, lo que dificulta su consumo posterior.

En resumen, la miel de lavanda es un producto natural con múltiples beneficios para la salud, derivado del néctar de las flores de lavanda, y se puede encontrar en diversas regiones de España y Europa, incluyendo Brihuega, en Guadalajara, donde se produce de manera ecológica.