Este domingo, en la localidad de Brihuega, un aviso de los vecinos llevó a la Guardia Civil a descubrir una red de tráfico de drogas oculta en una vivienda. 

Los agentes encontraron una gran cantidad de estupefacientes, incluyendo 1,8 kilogramos de marihuana, cocaína, éxtasis y hachís, así como otros objetos relacionados con la actividad ilegal.

La alerta fue recibida a través del teléfono de emergencias 062, donde los vecinos informaron sobre un fuerte olor que salía de una casa con la puerta abierta. 

Preocupados por la posibilidad de que el residente estuviera en apuros, los agentes se desplazaron rápidamente al lugar. A su llegada, no encontraron a nadie en el interior, pero descubrieron grandes cantidades de drogas almacenadas en varias habitaciones de la casa.

Tras este hallazgo, los agentes comenzaron una investigación que los llevó a localizar al único inquilino del inmueble, un hombre de 58 años, en las cercanías. El detenido fue identificado como el presunto responsable de un delito de tráfico de drogas.

En el registro del domicilio, la Guardia Civil incautó varios tipos de drogas: 1,8 kilos de marihuana repartidos en diferentes envases con cogollos y hojas, además de cantidades de cocaína, éxtasis y hachís. También se encontraron varios teléfonos móviles, básculas de precisión y 530 euros en efectivo.

El detenido, de nacionalidad española, fue trasladado a los juzgados de Guadalajara, donde se le imputa un delito contra la salud pública. La operación sigue siendo investigada por las autoridades.

Este suceso pone de manifiesto cómo, en ocasiones, las apariencias y los olores pueden esconder actividades ilícitas que afectan directamente a la seguridad y bienestar de la sociedad.