Enclavada en el corazón de la Alcarria, Brihuega es un punto de encuentro entre la historia, la naturaleza y la literatura.

Situada al Centro-Oeste de la provincia de Guadalajara, ofrece al viajero una experiencia única, ideal para desconectar del ritmo urbano y reencontrarse con los paisajes que tanto inspiraron a Camilo José Cela en su célebre Viaje a la Alcarria.

Uno de los caminos más recomendables para descubrir el entorno de Brihuega es la ruta conocida como "el camino de Toledo". Se trata de un recorrido circular de 10,6 kilómetros, con inicio y final en el mismo pueblo, en el Arco de Cozagón, que puede completarse cómodamente en unas tres horas.

La dificultad es baja, lo que lo convierte en un paseo ideal tanto para senderistas ocasionales como para familias que deseen disfrutar de una jornada al aire libre.

La ruta discurre por caminos, carriles y sendas en buen estado, permitiendo al caminante disfrutar del entorno sin complicaciones. La cartografía del Instituto Geográfico Nacional, en sus hojas II y IV del Mapa 511 (escala 1:25.000), es la mejor aliada para quienes deseen explorar el terreno con precisión.

Aunque es posible realizar la ruta en cualquier estación del año, los meses de verano requieren especial atención. Se recomienda comenzar temprano y llevar gorra y agua, evitando las horas centrales del día.

No obstante, quien se anime a caminar en julio, será recompensado con los espectaculares campos de lavanda en flor, que han hecho mundialmente conocida a Brihuega.

Este paseo no solo es un recorrido por la naturaleza, sino también una inmersión en la historia y el legado cultural de la zona. Brihuega fue parada obligada para Cela, que encontró en sus calles, fuentes y paisajes, la esencia de una España interior que aún hoy late con fuerza.

Como escribió el Nobel gallego, "el viajero no lleva rumbo fijo", pero en Brihuega, cualquier camino parece llevarnos al alma misma de la Alcarria.

Quienes buscan una escapada cercana, rica en encanto y autenticidad, encontrarán en Brihuega y su camino de Toledo una ruta que invita a caminar despacio, mirar con atención y dejarse llevar. Porque a veces, el mejor viaje es el que nos devuelve a lo esencial.