BRIHUEGA CELEBRA SU IDENTIDAD CON LA VIRGEN DE LA PEÑA, SU ENCIERRO Y SU HISTORIA 
Artículo publicado por Plataforma Brihuega 08/08/2025      

Las fiestas patronales de Brihuega, celebradas durante el mes de agosto en honor a la Virgen de la Peña, constituyen una de las tradiciones religiosas más antiguas y representativas de Guadalajara. 

 

Su origen se remonta al siglo XI y está vinculado a una leyenda que mezcla elementos cristianos y musulmanes, reflejo del cruce de culturas que marcó la historia medieval de esta villa alcarreña.

 

En la época árabe, Brihuega era conocida como Castrum Brioca y pertenecía a la Taifa de Toledo bajo el gobierno de Al-Mamún. Tras la conquista de Toledo por Alfonso VI en 1085, la villa fue entregada al arzobispado de Toledo. 

Ya en el siglo XIII, bajo el impulso del arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada, se construyó la iglesia de Santa María de la Peña, lugar que marcaría el punto de inicio de la devoción mariana local.

 

La tradición cuenta que la princesa Elima, hija del rey Al-Mamún, tuvo una visión de la Virgen María con el Niño en brazos desde el castillo de Peña Bermeja. Junto a su criado cristiano, Ponce “El Cimbre”, descendió a una cueva donde hallaron una imagen mariana. 

 

Este hecho provocó la conversión de Elima al cristianismo y el traslado de la imagen hasta la ermita de Santa Ana en procesión iluminada con velas. El milagro se produjo al comprobar que las velas pesaban lo mismo al final del recorrido, dando origen a la actual Procesión de la Cera, que se celebra el 14 de agosto y ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Regional.

 

La proclamación de la Virgen de la Peña como patrona de Brihuega se oficializó en 1455, durante el asedio de la villa por las tropas de Juan II de Navarra. Este hecho marcó la institucionalización de un fervor que se consolidaría siglos después con la coronación canónica de la imagen en 1928 por el cardenal Pedro Segura.

 

Junto al componente religioso, las fiestas integran desde el siglo XVI una destacada tradición taurina. Los encierros, documentados desde 1530, han alcanzado relevancia histórica y popular, especialmente tras los festejos organizados en 1710 para conmemorar la victoria de Felipe V durante la Guerra de Sucesión. Actualmente se celebran los días 16 y 17 de agosto y fueron declarados de Interés Turístico Regional en 2009.

 

Las fiestas se estructuran en torno a cinco actos centrales: el Pregón (12 de agosto), el Marujo (13), la Procesión de la Cera (14), la festividad de la Virgen de la Peña (15) y los encierros (16 y 17), con su peculiar desarrollo por las calles y el campo briocense. 

 

Un hito fundamental en la evolución de estas festividades fue la coronación canónica de la imagen de la Virgen de la Peña, realizada el 13 de agosto de 1928 por el cardenal Pedro Segura y Sáez, arzobispo de Toledo.

 

La presencia de gigantes y cabezudos que representan a Al-Mamún y la princesa Elima simboliza el legado multicultural que caracteriza a Brihuega.

 

Más que una cita anual, las fiestas patronales de agosto son la expresión viva de una identidad forjada entre la historia, la fe y la cultura popular. Su conservación representa un testimonio ejemplar de cómo una comunidad mantiene vivo su patrimonio inmaterial a lo largo de los siglos.

 

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