BRIHUEGA ENTRE CUARTETAS Y OVILLEJOS: EL PULSO VIVO DE LA POESÍA POPULAR 
Artículo publicado por Plataforma Brihuega 02/12/2025

En Brihuega, especialmente durante los momentos festivos y en las reuniones entre vecinos, ha perdurado una práctica poética que trasciende lo académico para sumergirse en lo genuinamente popular.

 

Desde tiempos atrás, en esta villa se han improvisado formas poéticas espontáneas y vivas que capturaban las anécdotas cotidianas, los sucedidos inesperados, los incidentes que marcaban la vida comunitaria, e incluso la más mordaz crítica social. Historias que sucedían durante el transcurso del año, transformadas en versos que recorrían de boca en boca las tabernas, las plazas y los portales.

 

Entre todas estas formas destaca, con inconfundible presencia, la cuarteta. Se trata de una composición métrica de cuatro versos octosílabos que sigue un patrón de rima donde el primero dialoga con el cuarto, y el segundo con el tercero, creando una estructura cerrada y satisfactoria. 

 

Lo peculiar de estas composiciones radicaba en que se construían a partir de un pie forzado, una palabra o expresión que el poeta debía incorporar necesariamente, como quien acepta el desafío de escribir poesía con las manos atadas, demostrando verdadera destreza verbal.

 

El ovillejo, por su parte, representa una estrofa de origen cervantino que rebosa de agudeza y sonoridad. Tiene como característica fundamental la rima consonante, esa que cierra perfectamente los sentidos. 

 

Comienza con tres pareados de octosílabo seguidos de su correspondiente quebrado, una estructura que juega entre lo extenso y lo breve, entre la amplitud del verso mayor y la precisión del verso de arte menor. 

 

Termina con una redondilla octosilábica que cumple una función ingeniosa: recoger en su último verso todos los quebrados anteriores, sintetizando la idea, remachando el efecto con una precisión casi matemática que, sin embargo, no pierde un ápice de su intención poética.

 

Estas formas no eran patrimonio exclusivo de los cultos o los eruditos. Cualquier vecino con facilidad de palabra, con cierto ingenio y soltura en el manejo del lenguaje, podía participar en esta tradición. 

 

La cuarteta y el ovillejo se convertían así en vehículos de expresión comunitaria, en herramientas para comentar lo que sucedía en la villa, para burlarse sin demasiada malicia o para alabar con gracia lo meritorio. Eran, en cierto sentido, el periódico hablado de Brihuega, su crónica rimada.

 

Conscientes de que estas tradiciones poéticas corren el riesgo de diluirse en el paso de las generaciones, la Asociación Cultural Gentes de Brihuega y la Asociación Briocense para la Imagen y el Sonido decidieron intervenir.

 

Durante el mes de agosto de 2025, ambas entidades convocaron un concurso de composición de cuartetas y ovillejos cuyos objetivos iban más allá de lo meramente competitivo. 

 

Se trataba, fundamentalmente, de fomentar la creación de nuevas composiciones que demostraran verdadera habilidad poética, que establecieran un puente entre la tradición y la contemporaneidad.


Esta iniciativa refleja una verdad que a menudo olvidamos: que la literatura popular y las tradiciones culturales no son reliquias del pasado condenadas a la nostalgia, sino expresiones vivas capaces de renovarse constantemente. 

 

En Brihuega, como en otros tantos lugares, la poesía no es algo que pertenezca exclusivamente a los libros o a las academias. Es algo que bulle en la calle, que emerge de la conversación entre vecinos, que se materializa en la capacidad colectiva de la comunidad para transformar lo cotidiano en arte.

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