La Alcarria es reconocida internacionalmente por su miel, ahora también por su Lavanda, producto el de la miel que desde 1992 cuenta con Denominación de Origen. 

Este “oro azucarado” se obtiene de plantas aromáticas como el espliego, el tomillo o la jara, que crecen en suelos calcáreos y páramos propios de esta comarca del centro de Guadalajara, parte de Cuenca y el sureste de Madrid. 

Pero más allá de la miel, La Alcarria ofrece un entorno geológico y paisajístico de gran riqueza, conformado por valles profundos, cerros, ríos como el Tajo o el Tajuña, y embalses como Entrepeñas y Buendía, conocidos como los «Mares de Castilla».

En este contexto, Brihuega destaca como uno de los enclaves más emblemáticos. Situada en el corazón de la Alcarria guadalajareña, es conocida como “el jardín de la Alcarria”, denominación que le viene no solo por su riqueza vegetal, sino también por sus campos de lavanda, cuya floración ha convertido al municipio en un referente turístico, especialmente en verano. 

Además, Brihuega forma parte activa del entorno ecológico y productivo de la comarca, siendo uno de los núcleos vinculados tradicionalmente a la apicultura y al aprovechamiento de plantas aromáticas.

La vegetación alcarreña alterna entre encinares y cultivos de cereal en los páramos, y olivares, huertas y arbustos en valles y laderas. Esta diversidad genera también una rica fauna mediterránea: jabalíes, zorros, aves rapaces como el águila real o el halcón peregrino, y numerosas especies nocturnas como el búho real o la lechuza común.

El paisaje que rodea Brihuega y el resto de La Alcarria está protegido por figuras como microrreservas y monumentos naturales. La riqueza ecológica ya fue documentada en el siglo XIX por Pascual Madoz, quien alabó su vegetación, la calidad de sus pastos y la abundancia de miel gracias a “bandadas” de abejas atraídas por la flora local.

La comarca ofrece un valioso patrimonio histórico y arquitectónico: iglesias, palacios y conjuntos urbanos de gran interés. Brihuega, en particular, conjuga este legado con sus recursos paisajísticos, convirtiéndose en un destino ideal para el senderismo y el ecoturismo. 

Así, conocer La Alcarria es adentrarse en un territorio donde la naturaleza y la cultura conviven en armonía, y donde Brihuega ocupa un lugar protagonista.