
BRIHUEGA Y LA REAL FÁBRICA DE PAÑOS: CUNA DEL SINDICALISMO EN EL SIGLO XIX
Artículo publicado por Plataforma Brihuega 07/09/2025
La Real Fábrica de Paños de Brihuega, fundada en 1750 bajo Fernando VI y más tarde conocida como Real Fábrica de Carlos III, se convirtió en un referente del sindicalismo temprano en España.
A lo largo del siglo XIX, este complejo industrial no solo impulsó la economía de la comarca, sino que también fue escenario de una evolución obrera que pasó de la asistencia mutua a las primeras organizaciones reivindicativas. Los orígenes de este movimiento se remontan a 1768, cuando bajo el reinado de Carlos III se creó la Hermandad de todos los dependientes de las Reales Fábricas.
Esta entidad pionera ofrecía una primera cobertura social, sufragada mediante cuotas mensuales de los trabajadores, destinada a apoyar a los enfermos o cubrir los gastos funerarios. A la par, funcionaban las Diputaciones de Caridad, que proporcionaban compensaciones diarias a los empleados incapacitados.
El cambio de siglo vino acompañado de una crisis profunda. Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), la fábrica sufrió saqueos constantes de franceses y guerrilleros, dejando a los obreros largos periodos sin salario.
El descontento obrero se agudizó en un contexto de miseria generalizada. Tras el conflicto, la desamortización marcó un nuevo rumbo: en 1840, Justo Hernández Pareja adquirió el complejo, iniciando una etapa bajo gestión privada que coincidió con el despertar obrero en Guadalajara.
El sindicalismo briocense alcanzó un nuevo hito en febrero de 1870, cuando un grupo de asalariados formó una sociedad de resistencia que ingresó en la Federación Regional Española, de inspiración bakuninista.
Su sección de Oficios Varios, con entre seis y veinte miembros, simbolizó la transición hacia organizaciones más combativas. Las condiciones laborales eran desiguales: algunos trabajadores cobraban por contrata y otros a destajo, lo que generaba desigualdad. Las jornadas eran extensas, aunque progresivamente se aplicaron reglamentos que buscaban mejorar el régimen de trabajo.
Hacia finales del siglo XIX, Brihuega se consolidó como el núcleo más industrializado de Guadalajara, impulsando nuevas formas de organización obrera que ya no se limitaban a la asistencia, sino que incorporaban una dimensión reivindicativa y de resistencia laboral.
El movimiento sindical de la Real Fábrica de Paños representa uno de los primeros ejemplos de organización obrera sistemática en España. Desde las hermandades solidarias del siglo XVIII hasta las sociedades de resistencia del XIX, su evolución refleja la transformación de la clase trabajadora en un proceso que convirtió a Brihuega en un referente histórico del sindicalismo nacional temprano.