
GIGANTES Y CABEZUDOS EN BRIHUEGA: DEL MEDIEVO A HOY
Artículo publicado por Plataforma Brihuega 13/08/2025
Las comparsas de gigantes y cabezudos son una tradición festiva española con raíces medievales, mezcla de religiosidad y alegría popular. En Brihuega adquieren especial relevancia, unidas a la leyenda de la princesa Elima y la Virgen de la Peña.
Las Comparsas nacen en los siglos XIII-XIV en Aragón y Navarra, con primera mención en 1276 (Pamplona), se incorporaron a las procesiones del Corpus Christi, instituido en 1264.
Los gigantes representaban personajes bíblicos como Goliat o San Cristóbal, transmitiendo la fe a una población iletrada. Desde Castilla, Toledo y Sevilla fueron pioneras, seguidas por Alcalá de Henares (1525). En Guadalajara, en 1545, se documentan cabezas y figuras de San Cristóbal.
Con el tiempo, los gigantes pasaron de figuras bíblicas a parejas que simbolizaban razas, continentes o personajes históricos, exaltando la fe cristiana y el imperio español. Los cabezudos, más recientes, llegaron desde Sicilia con Alfonso V el Magnánimo, con función satírica y lúdica. Carlos III, en 1780, prohibió su presencia en procesiones por considerarlos distracción, lo que provocó su declive hasta el siglo XIX.
En Brihuega, la tradición se liga a la princesa Elima, hija del rey Al-Mamún de Toledo, que durante el dominio árabe, en el Castrum Brioca, tuvo una visión de la Virgen desde el castillo de Peña Bermeja.
Junto a su criado Ponce “El Cimbre”, halló una imagen mariana en una cueva, convirtiéndose al cristianismo. Así nació la Procesión de la Cera, cada 14 de agosto, en la que según la tradición, los hachones iniciales no se consumieron.
Los gigantes locales representan a Elima y al rey Al Mamum demás de otras parejas que evocan continentes y épocas, como Felipe V y el archiduque Carlos, protagonistas de la Guerra de Sucesión, cuyo episodio en Brihuega fue decisivo.
En el siglo XIX, la tradición renació, pasando de lo religioso a lo popular. En 1900, Guadalajara encargó al taller Ribalta dos gigantes y dos cabezudos, consolidando su presencia en ferias civiles.
Hoy, las comparsas son Patrimonio Cultural Inmaterial, y la Procesión de la Cera de Brihuega es Fiesta de Interés Turístico Regional. Estas celebraciones combinan raíces paganas y cristianas, reforzando la identidad cultural y transmitiéndose de generación en generación.