
SAN PEDRO DE BRIHUEGA: DEL OLVIDO A LA RECUPERACIÓN PATRIMONIAL
Artículo publicado por Plataforma Brihuega 29/07/2025
La antigua iglesia de San Pedro, hoy apenas visible entre huertas, simboliza la evolución urbana y religiosa de Brihuega. Se construyó a finales del siglo XII como templo románico, por iniciativa de los arzobispos de Toledo, en un barrio de hortelanos y artesanos que ocupaban la ladera este del castillo de la Piedra Bermeja, fue una de las seis parroquias históricas de la villa tras la repoblación medieval.
El templo funcionó como parroquia hasta el siglo XVI. A finales de esa centuria dejó de usarse para el culto y su techumbre comenzó a colapsar. Aunque retuvo el estatus parroquial hasta 1650, en el siglo XVIII ya era una ermita en ruinas, sin culto ni comunidad, las explosiones durante la Guerra de Sucesión y los saqueos posteriores aceleraron su deterioro.
Actualmente, se conservan parte del muro norte del ábside y el arranque de una pilastra del arco triunfal, todo en sólido sillar románico. También quedan hiladas de mampostería que permiten imaginar una planta de nave única con cabecera semicircular, representativa del románico tardío de la Alcarria, estos vestigios son claves para conservar su memoria como bien arqueológico.
La plataforma natural donde se asienta San Pedro domina en escorzo la vega del Tajuña y el perfil rojizo del castillo. Adecentar el perímetro, consolidar los muros y crear una pasarela elevada permitiría habilitar un mirador accesible que conecte el recinto del castillo con la ruta de las huertas mediante paneles interpretativos sobre las seis iglesias históricas.
El proyecto podría integrarse en la red de senderos locales, generando un nuevo foco turístico fuera del circuito de la lavanda y reforzando la lectura paisajística de Brihuega.
La iglesia de San Pedro, última pieza perdida del mosaico medieval briocense, ofrece hoy la oportunidad de transformar la ruina en recurso cultural. Rescatar sus piedras y abrir el balcón natural que atesora significaría devolver al barrio oriental la relevancia que tuvo en los días en que las campanas de San Pedro marcaban el pulso de la villa.