
BRIHUEGA A TRAVÉS DE SU PUERTA DE LA CADENA: HISTORIA, BATALLAS Y LEGADO
Artículo publicado por Plataforma Brihuega 03/07/2025
La Puerta de la Cadena, de Brihuega, es uno de los emblemas históricos más significativos de esta villa alcarreña, testigo de siglos de historia.
Sus orígenes se remontan al antiguo poblado celtibérico de Brioca, pasando por la dominación musulmana, cuando fue fortificada con una alcazaba. En 1086, Alfonso VI donó la villa al arzobispado de Toledo, iniciándose la construcción de sus murallas. Durante el siglo XIII, bajo el impulso del arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada, las defensas se completaron y Brihuega recibió fuero propio.
La puerta, inicialmente llamada Puerta de Valdeatienza, se sitúa al norte del recinto y muestra un arco de medio punto con restos de almenas. Fue escenario clave durante la Guerra de Sucesión Española, cuando en 1710 las tropas borbónicas de Felipe V tomaron Brihuega tras un violento asalto a las fuerzas británicas.
Este hecho fue determinante en la consolidación del monarca y se recuerda con placas conmemorativas y una imagen de la Inmaculada Concepción sobre la puerta.
Durante los siglos XVI y XVII, Brihuega mantuvo su importancia como núcleo administrativo, incluso viendo emigraciones hacia Puebla, México. En 1750, Fernando VI fundó la Real Fábrica de Paños, motor económico hasta su cierre en 1835.
Ya en el siglo XX, la puerta volvió a presenciar conflictos durante la Guerra Civil Española, en la batalla de Guadalajara de 1937, donde la villa resistió al ejército italiano del Corpo Truppe Volontarie. La Real Fábrica sirvió entonces como cuartel de las brigadas internacionales.
Actualmente, la Puerta de la Cadena forma parte de los restos de una muralla de casi dos kilómetros, siendo junto al Arco de Cozagón uno de los mejores ejemplos de arquitectura defensiva medieval de la provincia.
Su conservación permite comprender la evolución histórica y militar de Brihuega, actuando como vínculo entre el pasado y el presente de esta localidad.